domingo, 6 de marzo de 2011

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Crítica: Yngwie Malmsteen “High Impact”

El dios del metal neoclásico, Yngwie Malmsteen, fiel a su cita anual en las tiendas de discos, nos presenta un nuevo álbum, a través de su propio sello, Rising Force Records, dedicado a la “oficialización” de bootlegs, directos, rarezas y recopilatorios, como éste que tenemos entre manos, y que recibe el “impactante” nombre de “High Impact”.

La dicha es doble. Por un lado los detractores no tendremos que soportar un nuevo insulto al buen gusto musical, y por el otro, los aficionados podrán disfrutar de temas de toda su carrera.

El track list es el siguiente (acompañado de los nombres de los álbums en los que dichos temas aparecieron originalmente):

Caprici Di Diablo (Perpetual flame – 2.008)
Brothers (Sevent sign – 1.994)
Blitzkrieg (Alchemy – 1.999)
Trilogy Suite (Trilogy – 1.986)
Red House (Versión del tema de Jimi Hendrix. No grabada en estudio. Aparecida ya en varios directos)
Finale (Concerto Suite for Electric Guitar and Orchestra in E Flat Minor, Opus 1 – 1.998)
Magic City (Perpetual Flame – 1.998)
Arpeggios From Hell (No grabado en estudio. Aparecido con anterioridad en el video didáctico Play Loud! Full Shred – 2.000)
Far Beyond The Sun (Rising Force – 1.984)
Cantabile (Magnum Opus – 1.991)
Blue (Alchemy – 1.999)
Overture 1.622 (Magnum Opus – 1.991)
Fugue (Concerto Suite for Electric Guitar and Orchestra in E Flat Minor, Opus 1 – 1.998)
Beat it (Versión inédita de Michael Jackson. Grabada especialmente para este recopilatorio)

La selección de este recopilatorio se nos antoja cuanto menos rara. La única explicación lógica seria que se ha hecho para captar al oyente más joven que no esté tan familiarizado con la música del astro sueco. La mayoria de temas han aparecido en dos recopilatorios (Anthology 1.994-1.999 y Best of Yngwie Malmsteen, ambos del 2.000) o en directos (como Yngwie Malmsteen Live! o el exitoso Concerto Suite for Electric Guitar and Orchestra in E Flat Minor, Opus 1 – Millenium, ambos de 1.998). Así que lo más lógico seria que en este nuevo recopilatorio se hubieran centrado mas en los temas de la última década.

Disquisiciones aparte, de lo que no podemos dejar de hacernos eco es de dos elementos que contribuyen a aumentar las críticas al guitarrista. Y aquí no vale el que seamos detractores confesos. Es algo de sentido común.

1.- La portada es lo peor que le hemos visto (aunque no peor que la del “Unleash the fury”). Hecha con el fotochoff en cinco minutos, recuerda más a los cassettes de gasolinera que tanta gracia nos hacian en nuestra infancia.



2.- La versión del Beat It de Michael Jackson, y el principal aliciente del album, es directamente una indecencia. Pienso que la incorporación del gran Tim “Ripper” Owens a la banda de Yngwie favoreció sin duda que aumentara la calidad musical (algo no muy difícil, por otra parte), gracias a que le permitió “meter mano” en la composición (y aunque lo niegue, también en la producción). “Perpetual Flame” (2.008) contenia temas un tanto diferentes, algunos de los mejores trabajos vocales de toda su discografía, rítmicas muy poderosas e incluso un tema que podía haber firmado perfectamente Joe Satriani. Pero lo de esta versión es impresionante. Owens bordea peligrosamente la desafinación durante todo el tema, y en ciertos pasajes, su voz desgarrada asemeja más a un borracho que no a una estrella del metal.

Yngwie, por su parte, el dios de la limpieza y la velocidad, comienza el tema con un solo (improvisado como siempre) en el cual suena sucio y falla ciertas notas. Teniendo en cuenta que solo sabe improvisar de una misma manera, esto se antoja cuanto menos sorprendente. La guitarras rítimicas que en su día tocó Steve Lukather también suenan extrañas. Aquí no tiene nada que ver la pulsación, sino la extraña ecualización, que queriendo darle un sonido grueso y contundente, suena bastante mal. Y cuando llega el momento de revisionar el solo de Eddie Van Halen… ¡oh my God! Sí, los palancazos del comienzo y el trémolo con púa del final están ahí, pero por el medio lo que hay es la misma acelerada escala menor “parriba y pabajo” con que Yngwie nos “deleita” desde hace más de veinte años en todas y cada una de sus canciones, y que no pega para nada con este himno del Hard Rock que compuso en su día el genio de Michael Jackson.
Resumiendo, “High Impact” como recopilatorio funciona, tiene una buena selección de todas las épocas incluyendo algunos grandes clásicos, de cuando el sueco todavia se concentraba en componer grandes canciones, lo cual hace que no nos sangren los tímpanos o nos durmamos si lo intentamos escuchar del tirón. Pero teniendo en cuenta la existencia de recopilaciones anteriores, yo hubiera centrado la atención en los discos de los últimos años.